Es importante que el paciente se encuentre limpio, hidratado y con la piel humectada. Los residuos como orina o materia fecal pueden contribuir a la aparición de escaras en la piel, por esto, es recomendable revisar el estado de la piel a diario. Además, se deben revisar si existen zonas enrojecidas, rozaduras, ampollas o rascaduras, aumento de la temperatura de la zona o fiebre, especialmente las zonas que presentan prominencias óseas como los hombros, escápulas, codos, caderas, glúteos, tobillos y talones.
Ante cualquier cambio en el estado de la piel será recomendable aumentar los cambios de postura y consultar con el médico o enfermero del paciente.Será importante mantener una alimentación equilibrada, evitar el sobrepeso e hidratarse de manera continua para que la piel se encuentre en mejor estado.
El aseo del paciente se puede realizar con agua tibia y jabones neutros, aclarando y secando cuidadosamente, sin frotar la piel, pues esta puede irritarse. Deberá vigilar los restos de humedad, sobre todo en las zonas pliegues, pues en estas zonas la piel es más sensible.
El papel del cuidador o familiar del paciente es fundamental para evitar o retrasar la salida de úlceras por presión. Se recomienda realizar cambios posicionales en el paciente de cama permanente cada 2 o 3 horas, esto con el fin de hacer fluir la sangre de los lugares ocasionales, en donde se forma la concentración. Para los pacientes sentados, si este presenta una movilidad reducida el cuidador puede intentar realizar cambios en compañía del paciente cada 20 o 30 minutos de un lado para otro.
Pueden usarse cojines o colchones que ayudan a reducir la presión en ciertas partes del cuerpo. Sin embargo esto no reemplazará el cambio de postura que debe realizarse en el paciente.
Comments (0)